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viernes, 17 de agosto de 2012

Me agobia la ciudad.

En fin, gentecilla. Creo que el título de esta entrada lo dice todo sobre el contenido de la misma. Me agobia la ciudad. Me agobia escuchar coches, autobuses, cláxones y demás a todas horas del día. Me agobia salir a la terraza por la noche y tener la sensación de que continúa siendo de día.

Echo de menos la playa y añoro también el campo. Esa libertad de poder gritar en la sierra y que mi chillido se adentre y retumbe en tres manzanas a la redonda. Sentir el calor del sol y poder acariciar la arena de la playa, levantarte y romper todas y cada una de las olas que trae la marea, aspirar el olor a salitre que hay en el lugar y sentarte a ver el paisaje durante horas sin aburrirte.

Echo de menos levantarme a media noche y escuchar los tranquilizadores ruidos de los grillos que habitan el campo, respirar el aire puro del monte y dar un paseo a altas horas de la madrugada, haciendo que las preocupaciones que dejaste en la ciudad se evaporen en cuestión de segundos.

Echo de menos levantarme por la mañana y mirar por la terraza del hotel el mar, pensar que eres la persona más afortunada del planeta debido al simple hecho de poder apreciar ese paraje desde tu terraza. Querer que no se acaben nunca esas vacaciones y pensar que el tiempo pasa demasiado deprisa.

Echo de menos esa tranquilidad de poder correr libremente por el campo sin la presencia de semáforos, de luces superficiales y de miles de personas bien vestidas que se quejan si les rozas. Poder escuchar a los pájaros trinar y saber que en ese momento, solo ellos hacen ruido. Poder escuchar tu propia respiración, ya que no hay más ruido donde te encuentras.

Echo de menos la tranquilidad y el descanso de la playa y el campo. Quizá porque soy demasiado romántica y me encanta la naturaleza, y escribir sobre ella. Quizá porque me encanta el deporte y la sierra es el lugar perfecto para ello. Quizá porque escuchar música tumbada en la playa es mi mayor pasión. Quizá por todo eso, echo de menos el relax.

Odio Madrid, chicos (as). Lo odio pero de momento, toca aguantar como una valiente.

Muchas gracias por continuar leyendo día a día. Esta noche habrá más que leer.

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